viernes, 9 de febrero de 2018

EL MÁS ALTO ESCALÓN DE LA IMBECILIDAD.

Hoy un imbécil, en la COPE, en el programa de Carlos Herrera, en una elegía a Mariano José de Larra, ha soltado, intentando hacer comparación entre "la libertad" de este sistema y el anterior régimen de gobierno, haciendo alusión a "unas cadenas franquistas", que habían estado encadenando durante los 40 años que duró, al pueblo español.

Solo desde el tercer y más alto escalón de la imbecilidad, se puede decir, mientras se está loando el indiscutible mérito literario de una persona que se suicidó por motivos del "corazón", cien años antes de que "empezase el calvario de los españoles bajo la terrible bota militar de Francisco Franco", afirmación tan lejos de la realidad.

Existen historiadores interesados asépticos que lo que les guía siempre, es encontrar los hilos sueltos del pasado para retejer con ellos el lienzo que, como una fotografía, se pueda ver y entender la Historia. Y también como la zona oscura de la Luna, existen historicidas que el único interés que les guía, empujado por la envidia que les brota de su escaso valor humano, es desacreditar un modelo superior, usando cualquier medio y cualquier momento.

Mayor libertad personal de quienes no nos metíamos en líos, que componíamos la mayoría del país, en aquel tiempo. Se vivía sintiendo menos el peso de la política sobre las personas y también, el bolsillo recibía menores agresiones impositivas.

Hoy, tanto el ministerio de Interior, como el ministerio de Hacienda, conocen el movimiento y tienen toda clase de datos fiscales y personales y laborales de las personas; de lo más insignificante, a lo más grave. De ella conocen desde la marca del tampax que mensualmente se pone, hasta la talla de las copas del sostén que usa, además del más mínimo movimiento. Y de él, desde la talla los gallumbos, hasta el largo en centímetros de su pene en descaso y en erección, además si juega o no al Mus, a la gallineta ciega. Todas y todos nos tiene en el "bombo" de súper ordenador estatal, siempre a mano de la autoridad.

Cuando alguno de estos imbéciles habla de libertad, nos debería explicar con claridad como es esa libertad que dicen que hemos alcanzado. Porque yo, desde las rejas en las ventanas de mi casa después de haber sufrido dos robos y de haber sufrido un intento (solventado por mi) y un robo en mi establecimiento, además de todos las prohibiciones con los que nos tienen cercados gobiernos y ayuntamientos, he perdido la conciencia de lo que es la libertad.

Eloy R. Mirayo.

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